viernes, 17 de agosto de 2012

Sadismo y crueldad en la fiesta de los toros

Si con su artículo la “barbarie” taurina, Vargas Llosa esperaba que le comprendiesen y respeten su amor a la fiesta brava creo que no lo logró.  Así, amar para él significa que OTRO se aproxime a la muerte con todas las ventajas para vencerla; nada más que, en este caso, la muerte es sólo el instinto de defensa de un pobre animal que se ve amenazado y atacado. En ése “juego” de acercarse a la muerte es necesario  lo más execrable del ser humano: atormentar, desangrar, torturar y finalmente asesinar, (no sé por qué me trae a la mente la imagen de Julia Urquidi humillada y vejada en su propia casa;  y finalmente, olvidada hasta ser desposeída con rencor sorprendente de las regalías del libro que ella misma inspirara) En fin. 
Hay un juego más seductor todavía: el de la ruleta de la muerte,  un revólver con una sola bala en el tambor, el cañón en la sien, y el seco y trémulo sonido del “click” al gatillar el percutor; sólo que allí no hay un inocente que siempre morirá en vez del “valeroso” que reta a la muerte; en ese juego el valiente o muere o se salva. Pero estos célebres personajes que aman el desafío a la muerte de otros, son incapaces de hacer este juego o  tan  siquiera coger un capote y volverse un “espontáneo”; ellos admiran que OTROS lo hagan; ellos sólo presencian con fascinación cómo el inocente animal trata de defenderse del  suicida enajenado y de sus amigos despiadados. Ellos, los que defienden la fiesta brava,  son los cobardes de siempre, ¡dale poder a un cobarde para que veas del sadismo del cual es capaz! La cobardía es madre de todas las crueldades.
La faena de la lidia y otras, como ésa, cuando se le embola de brea encendida las astas del toro,  el cual se revuelca de dolor, queda ciego y muchas veces se desnuca tratando de quitarse el fuego terrible que en sus órganos más sensibles lo quema vivo.  O aquella otra “fiesta”,   en que le lanzan dardos al cuerpo del pobre animal, que deambula por las calles hasta que finalmente se tumba exangüe y es cuando lo matan de un escopetazo ante la algarabía de los presentes; todos ellos son  rituales malsanos  que terminan,  después de la tortura, con la muerte del animal y en el caso de la tauromaquia,  desmembrando como las antiguas tribus primitivas la cabellera de sus víctimas, en este caso,  los apéndices de un animal muchas veces ¡aún vivo!, parapléjico por el descabello y sufriendo una  espantosa agonía. Claro, de seguro  los taurinos  dirán con sarcasmo “¡¡Qué significará que te corten las orejas si estás que te mueres respirando  y ahogándote con tu propia hemorragia de sangre!!” y seguramente en su INNEGABLE  condición humana (porque sólo el humano es capaz hacer sufrir tanto) tengan razón.
 Sin embargo, para los que RESPETAMOS la vida, nos es una afrenta GRAVE ver sufrir, con alevosía y ventaja, a un pobre animal. Me gustan los lances de la tauromaquia, los estilos, pero ¿Por qué torturar al animal y ponerlo en desventaja? ¿Por proteger al torero? ¡¡Pues entonces que no toree!! Si es que el matador sólo tiene valor frente a un adversario disminuido.
Otra cuestión: ¿Para qué la suerte de banderillas con arpón? con la tecnología bien podría acondicionarse al lomo del astado un blanco electrónico que incluso puntúe la eficacia del  tercio más lucido de la tarde.
¿Desean un toro cansado? ¡¡Pues que un toro  sirva para varios toreros!! Así veremos quién de todos le saca mejor partido. Y por último, ¿por qué ASESINARLO?,  si con el mismo blanco electrónico que usarían para las banderillas podrían saber exactamente la eficacia de la estocada y hasta qué órganos comprometería;  además de la cantidad de sangre y todas esas espectacularidades hemofílicas  que me imagino deben ser  imprescindibles en la fiesta brava.
Sería  regocijante ver a un torero triunfante ovacionado  y a todos los  toros vencidos PERO VIVOS, sin tortura, sin desangramientos innecesarios;  sería digno de un apoteósico aplauso que el toro se vaya a los corrales y después siga su curso de semental o al camal si se quiere, pero sin sufrimientos, sin aquellos tormentos que ceban la malignidad que los seres humanos, mediante la civilización, tratamos de erradicar. Y si  el animal sufre más en el camal por equis motivos, ello no justifica que se le torture despiadadamente, para finalmente matarlo de una estocada que le atraviese órganos vitales exacerbando el sadismo de la afición.
Al respecto estaba viendo unos vídeos de Fernando Savater, en los cuales se le aprecia  convencido de que la barbarie se presenta cuando el ser humano no distingue entre el trato al hombre y el trato a un animal; y nos critica (me incluyo) por no ceñirnos al significado exacto de la palabra, cuando llamamos barbarie a la tortura y posterior asesinato de un toro puesto que allí, según él, no se mezclan las sangres de ambos… (¿combatientes?) torero y toro;  pero, cosa curiosa, no toma en cuenta que las palabras y sus significados varían a lo largo del tiempo, en algunos casos diametralmente de acuerdo al nivel cultural (aunque siempre puede haber una “cojera”);  en otros tantos, los vocablos,  desaparecen por su falta de uso. Dice Además,  con razón, que los humanos somos los que más sufrimos,  porque sufrimos por hechos presentes, pasados y por los que aún no han llegado y añade,  “si deseamos acabar con el sufrimiento debemos acabar con la especie humana, dejar de procrearnos;  para concluir:  si  eso, no lo hacemos para nosotros que sufrimos más, para los toros que la pasan bien no tiene sentido aplicarlo tampoco (¡)con una maledicencia de la cual estoy seguro ¡ni se percata!.
La verdad que el señor Savater  me sorprende;  más aún cuando dice que “los animales no tienen derechos porque no tienen deberes”(4'23");  me pregunto: ¿un recién nacido tiene algún deber? porque, estaremos TODOS de acuerdo,  en que le asiste UNIVERSALMENTE el derecho a la vida;  al igual pienso  de  todo ser que llegue a este mundo, llega con su innegable derecho a vivir, por algo propendemos al cuidado del medio ambiente y el de las especies.
La pregunta sería si tenemos derecho a torturar por placer hasta la muerte a un animal; (aunque la sola pregunta de por sí ya suena aberrante)  Si la mayoría respondemos que sí, pues adelante, eso es lo que somos, también hay televisión basura,  genocidios tapados y enmascarados por los medios de comunicación; también hubo circo romano donde los leones devoraban  a los esclavos, igual Hillary Clinton ante la sodomización y asesinato de Gadafi dijo “fui, vi y está muerto" riéndose como pocas veces de su maldad. Tal vez ya llegamos al tope de la civilización y ahora nos toque degradarnos.   
Hay personas inteligentes,  cultas  y sensibles que le gustan los toros; como también,  al premio Nobel de la Paz,  le fascina la guerra; a él (Obama) no se le puede tildar de un hombre inculto ¡¡todo lo contrario!! pero le gusta a más no poder, mentir para conseguir  la riqueza ajena  y cometer actos terribles de lesa humanidad con tal de invadir y atacar y someter a otros países;  cueste,  los genocidios y masacres,  que cuesten;  y nosotros en la platea del mundo engañados y sin saber a quién creer,  alentándolo con nuestro silencio a que siga haciéndolo.
Un dato curioso que escuché y me llamó a risa,  fue la ley de protección animal española del año 2007; califica como infracciones muy graves el sacrificio o muerte de animales en espectáculos públicos las cuales tendrán  una multa de hasta 100,000 euros pero matiza que la normativa no se aplicará en algunos supuestos; por ejemplo:  los espectáculos taurinos. No sólo eso, también  reciben del estado una  subvención 564 millones de euros;  cada familia española destina 47 euros Algo muy parecido sucede con la ley peruana 27265 ¿Qué les parece?

3 comentarios:

  1. Hola! Justo ayer leí el artículo de Vargas Llosa.desastroso. Tenía un mejor concepto de él, pero con lo que leí ayer, pues me bastó.

    ResponderEliminar
  2. Pues cómo decirte que en no recuerdo el pueblo, la gente decidió fiesta taurina antes que destinar y repartir el presupuesto, destinado a la fiesta, a ayudas a personas que lo necesitasen.

    Creo que la aberración de divertirse con el dolor ajeno es muy humana, tal vez por eso sueño con ser un animal...pero lejos de los cafres humanos.

    Bravo por esta entrada. Abrazo.

    ResponderEliminar
  3. hola Drac,
    Pero si las fiestas de los pueblos pueden ser mucho más bonitas sin tener que poner un toro en medio de una plaza para que un hombre adornado con un traje brillante venga a matar al pobre animal!
    Son mucho más bonitas las fiestas de pueblo, sin tener que poner dos gallos a pelear hasta que uno de ellos caiga muerto o destruído que no se puede ni levantar!

    Drac, llegará el momento o algún día que los organisadores de estas fiestas de pueblo o de ciudades tengan la obscura idea de proclamar lucha entre ninos? o que en estas fiestas de pueblo coloquen a dos ninos a golpearse mientras la muchedumbre grite alegre: "MÁTALO AHÓRCALO RÓMPELE LA CARA Y LOS INTESTINOS!!!"


    Será capaz el ser humano de semejante locura??
    Esperemos que no, porque las fronteras de todo tipo ya están hace mucho tiempo atravesadas que no hay límites ahora de ningún tipo!


    Abrazo^^

    ResponderEliminar

Hola, me encantaría que aportaras algo o, si lo crees conveniente, me ayudes a difundir estas cosas que en mi país poco se saben. No te preocupes por la autoría ¡ya sabes! en las Redes Sociales todos trabajamos para el bien común.

Un abrazo